No solo la tumba de Víctor Jara ha sido víctima de la batalla del vandalismo durante el estallido social. De acuerdo a un catastro del Instituto Doméstico de Derechos Humanos (INDH), en total han sido 11 memoriales –dedicados a rememorar a víctimas del Estado- los que han sido atacados desde octubre de 2019.
Los ataques principalmente corresponden a rayados con mensajes de odio, extensión de objetos e incluso excrementos, lo que fue lamentado desde el INDH considerando que se trata de lugares que tienen como objetivo “promover la memoria histórica, la no repetición de las violaciones a los derechos humanos y la reparación de víctimas y familiares”.
De acuerdo al catastro del INDH, los ataques comenzaron el 7 de noviembre de 2019 al Instancia de Pichoy de la comuna de Valdivia, que conmemora el homicidio de 4 víctimas asesinadas el 12 de octubre de 1973, por agentes del Estado en la dictadura. Ese día, desconocidos destruyeron sus placas conmemorativas.
El 18 de diciembre de 2019 el INDH verificó que el Instancia San Antonio, que rememora a los detenidos desaparecidos en la comuna puerto, sufrió acciones de vandalismo y mensajes de odio.
En el sur, específicamente en Osorno, el instancia por la Vida que conmemora a los detenidos desaparecidos de la ciudad -ubicado en la vértice Juan Mackenna y Eduviges- fue listado con mensajes el 27 de diciembre.
En La Serena, el instancia por Romario Veloz, el ciudadano ecuatoriano asesinado en una manifestación durante el estallido, fue vandalizado y molesto el 5 diciembre. Pero ese no fue el único hecho de este tipo en la comuna, porque el solicitud de los detenidos desaparecidos de Av. Pedro Pablo Muñoz apareció listado el 29 de diciembre.
En tanto, el Solicitud por los Detenidos Desaparecidos de Concepción, que se encuentra situado en el Parque Bicentenario de Concepción, fue vandalizado, renglonadura y adicionalmente atacado con excrementos, el 31 de diciembre de 2019. Ese día incluso, desconocidos las emprendieron contra el mural conmemorativo del Presidente Salvador Más allá situado en la Plaza Acevedo de la hacienda regional.
El año comenzó con la irrupción de desconocidos en la Casa Memoria José Domingo Cañas 1367 el 1 de enero. Se trató de una movimiento de violación de morada y registro de especies sin robo (por tercera oportunidad) en este extensión donde operó el ex Cuartel Ollagüe, centro de detención clandestino durante la dictadura en la comuna de Ñuñoa.
En tanto, con las siglas de Nación y Decisión, el Mirador de Los Ángeles, en Coquimbo, fue atacado el 12 de enero. El instancia recuerda a dos niños de 8 y 9 abriles, asesinados a manos de efectivos del Regimiento Arica de La Serena durante la dictadura.
En el sur, el Ruego Estancilla en la comuna de Valdivia asimismo fue objeto de una movimiento vandálica el 17 de febrero. El sitio de memoria ya había sido listado con insultos en semanas anteriores, a los que se sumaron la destrucción completa de un azulejo que se ubicaba al pie del espacio, el borrado de una placa recordatoria con los nombres de las víctimas, y el renglonadura de las aletas laterales del solicitud sobre las que se erguía la palabra “justicia”.
En Santiago, la tumba de Víctor Jara, cantautor asesinado por la dictadura, fue atacada el 16 de enero. “No hay mano”, ese fue el renglonadura con el que amaneció el sepulcro del todavía director teatral en el Cementerio Común.