
Aceptablemente dicen que en las bodas no hay ocupación para los sentimientos negativos, pues los novios demuestran su bienquerencia en un evento que comparten con sus seres queridos y esa bonanza se muestra en el evento principal de la perplejidad: la fiesta.
Sin bloqueo, algunas fiestas se descontrolan tanto que llegan a situaciones fatales, como lo que le pasó al rumano Liviu Filimon, a quien, en medio de la celebración, sus amigos agarraron y quisieron consolar por los aires para festejar la alegría del nuevo compromiso. Desafortunadamente, las consecuencias no fueron risas, sino preocupación, pues el novio se les cayó de las manos y se impactó con el suelo.
A través de un video que algún invitado grabó en la boda, podemos ver cómo llegan los amigos por detrás del novio, lo elevan por los aires y por desacierto —o quizás el trinque—, lo dejan caer de una consideración de aproximadamente dos metros. La novia preocupada corre a su ayuda, pero no fue sencillo, pues el resultado del moretón mando a Liviu al hospital.
Una vez interiormente de los servicios de emergencias, se detectaron dos fuertes golpes en las vértebras que dejaron las piernas del novio temporalmente sin movilidad. Adecuado a una atención rápida, los doctores pudieron intervenir y rescatar la integridad de Liviu. Sin requisa, “el día más importante de su vida” ya estaba arruinado.
A posteriori del adversidad que se dio y su paso por el hospital, uno esperaría que los “amigos” se acercaran a pedirle una disculpa o simplemente procurarse, pero ausencia. Nadie de los que causaron su suerte se preocupó por su estado de lozanía. Con burla y tristeza, Liviu considera proceder con acciones legales en contra de quien le provocó el daño físico y le arruinó su boda.
Esto, sin duda, deja una gran advertencia sobre los amigos y cuándo se puede contar con ellos. Por ello es importante designar aceptablemente a quien invitarás a tu boda y no solo escogerlos para ser los padrinos de unicel, pues es posible que los que te acompañen a celebrar una de las noches más felices se conviertan en cómplices de la tragedia.