El abogado y constituyente Fernando Atria, uno de los más reconocidos rostros de la Convención Constitucional, ha sido desde mucho antiguamente del proceso, uno de los gestores e ideólogos de un cambio fundamental a la institucionalidad chilena. Hoy, como presidente del partido Fuerza Popular y en su rol como constituyente, participó como invitado del espacio de conversación “Desde La Corporación”, de la Universidad Institución de Humanismo Cristiano.
En la ocasión, Atria dialogó con un panel de docentes de la de la Universidad Sociedad de Humanismo Cristiano sobre temas-país y su visión de la contingencia marcada por las elecciones presidenciales y, lo que llamó, “un ambiente de irracionalidad” que impide el debate de ideas constructivas a nivel social. Esta “patología” de la discusión pública, dijo, búsqueda dictaminar una sinceridad en vez de entenderla y suele darse al calor de las redes sociales, los espacios de opinión en medios de comunicación donde se enfrentan visiones de mundo que reducen situaciones extraordinarias como la revuelta social. La ironía es que, desde las élites y la derecha, quienes más juzgan los hechos violentos que decantaron en el proceso constituyente no comprenden que toda esa violencia no ocurrió espontáneamente, “sino como consecuencia de una acción institucional que siempre intentó evitar manifestaciones de la conflictividad inherente de la vida social”, estima el abogado.
“En la medida que esas instituciones se van deteriorando, se van hundiendo en una ciénaga de deslegitimación y llega un momento en que ya no pueden conducir esa conflictividad social. Esa conflictividad social no desaparece, sino que queda sin formas de ser conducida y termina expresándose como sea”, agrega.
Sintetiza el conflicto flagrante de la búsqueda de acuerdos como un problema de comunicación que parece condenado al fracaso mientras cada parte piense que el mundo es la medida de lo que es su propia visión de las cosas, cree: “La comunicación pasa a ser un instrumento estratégico para quien cuenta con el poder fáctico. Es una gran irresponsabilidad sumarse a estas formas de comunicación pública cuando no existe ningún esfuerzo por lograr una comunicación con el otro, como ocurre cuando se dialoga acerca de la violencia, por ejemplo. Se ratifica así una forma de vida en la que la comunicación es reemplazada por la manipulación. Si ese es el futuro del diálogo, creo que estamos ante un futuro bien oscuro”.
Plantea que si no existe un esquema de mundo popular, toda conversación seguirá siendo increíble y no superará el formato de una “negociación” en la que una de las partes siempre intenta vencer las voluntades del otro.
Más entusiasta sobre un cambio constitucional y sus relatos a nivel concreto, Fernando Atria señala que la descuido de esa representación volvía insostenible un maniquí como el flagrante como soporte para una nueva constitución. “Las institucionalidades anteriores ya no eran capaces de conseguir la legitimidad requerida, en ese sentido la democracia representativa debe ser reemplazada por una democracia directa participativa. Ya que si uno prescinde de la representación, ya no hay sujeto colectivo. Por eso hay que integrar condiciones de transparencia en una nueva constitución y privilegiar este mensaje, que los ciudadanos podamos ver que la política institucional es nuestro poder, la medida de nuestro empoderamiento”. añade.
“Quien conecte con la voluntad transformadora del país ganará las elecciones”
Ex militante del PS y hoy a la cabecera del partido Fuerza Popular mezclado al Frente Amplio, Atria refrenda su apoyo a la candidatura de Gabriel Boric y considera que será la carta ganadora de las próximas elecciones, pese a un proscenio donde la derecha sigue ganando adherentes en medio de la catástrofe de Sebastián Sichel. “Pienso que quien conecte con la voluntad transformadora actual del pueblo de Chile que se ha manifestado desde el estallido social en adelante, ganará las elecciones”, cree.
El objeto del “desfonde de Sichel”, señala, es una disciplina que la derecha no aprende toda vez que sigue apostando a candidatos de última hora con atributos atractivos y cool, como lo fue en su momento Laurence Golborne, recuerda Atria. Consultado sobre la segunda mayoría, confiesa: “Yo me temo que Kast va a capitalizar, en parte, el desfonde de Sichel y es el equivalente actual de la campaña de “Chilezuela contra Guillier. Con cierta incertidumbre y aunque deseo que no sea así”, apunta.
Respecto a qué sistema de gobierno considera que sería el más adecuado para nuestro país, si uno presidencialista o parlamentarista, el convencional dijo que prefiere desmenuzar entreambos conceptos antaño de datar a una definición. Sería fundamental un régimen que produzca gobiernos que puedan padecer delante sus agendas, de modo que los ciudadanos y ciudadanas puedan ver cuando votan que la voluntad popular va a concretarse: «Eso supone una vinculación entre ejecutor y constituyente, poco que no ocurre en un sistema que tenemos, lo que produce deslegitimación porque transmite la idea de que la política no es de los ciudadanos, sino de la clase política».
Tras los grandes temas que el trabajo de la convención constitucional propone mudar, hizo una distinción entre los cambios que Pimiento requiere: transformarse en una sociedad más competición, más igualitaria, con protección de derechos sociales y el aporte que la nueva carta magna puede hacer para alcanzar ese cambio. «Lo que va a hacer la diferencia es la conocimiento de que la política institucional es el utensilio de los ciudadanos y ciudadanas para arriesgarse sobre los términos de la vida en popular. Esa es la promesa democrática básica y de que se produzca este cambio en la experiencia va a reconocer el éxito de la nueva constitución», aclara.
Finalmente, en esa misma radio aportó que en materia educativa una nueva constitución puede reabrir el debate sobre el rol de lo manifiesto en la educación superior. El abogado recordó cómo esta discusión, durante el segundo gobierno de Bachelet, llevó a un intento deliberado de sanitizar y pincharse de contenido este debate. «La guisa como yo entiendo lo notorio es la esfera dónde nos encontramos como ciudadanos y ciudadanas bajo un principio de igualdad. Es fundamental para el futuro de Pimiento que haya universidades públicas. Esto no quiere opinar que sean propiedad del Estado, sino universidades que funcionen conforme a la deducción de lo sabido, universidades que no tengan un dueño, en el sentido de que no haya alguno que pueda osar unilateralmente para qué se utiliza la casa de estudios», explicó.
El segundo capítulo de la segunda temporada de “Desde la Academia” contó con un panel de expertos/as constituido por el doctor en filosofía Pablo Cottet, el abogado Peter Sharp, la doctora en filosofía Cecilia Sánchez y el rector de la UAHC, Álvaro Ramis.
Puedes ver el capítulo con Fernando Atria, a continuación.