Reapareció Joaquín Lavín tras su derrota en las primarias presidenciales de Pimiento Vamos, esta vez para cerrar la puerta electoral por interiormente. Tras su última sufragio, el ex corregidor de Las Condes mantuvo un bajo perfil y su última aparición pública fue en un café con Sebastián Sichel, a un mes de perder en las urnas.
Lavín habló desde España con El Mercurio para explicar qué pasó en las primarias. Según comentó, «la muchedumbre pensó que, para el nuevo Pimiento que ha emergido, era necesario un liderazgo que proviniera precisamente de ese nuevo país que no ha sido parte de la historia de los últimos 30 abriles. Y esa persona es Sebastián Sichel».
«Eso palabra de una sensatez profunda de la concurrencia», agregó Lavín, destacando que en los momentos de las grandes definiciones «Pimiento siempre ha tendido al buen sentido y no veo que esta vaya a ser la excepción».
El tres veces candidato presidencial manifestó en ese sentido que «creo que en la vida las hojas hay que darlas revés rápido y para mí, terminó definitivamente el ciclo de la política electoral». Lavín agregó que, sin confiscación, «la gusto de servicio sabido no se abandona nones y estoy convencido de que hay diferentes formas de asumirla».
El ex munícipe todavía reflexionó sobre el futuro y acotó que «lo que veo es que Pimiento tiene hoy una nueva gran oportunidad» respecto a grandes procesos como el cambio climático y las energías renovables. Para avanzar en estas materias, dijo, «vamos a requerir inversión extranjera y ser percibidos como un país en el que el estado de derecho se respeta. Eso no lo podemos perder».
A cordura de Lavín, «Pimiento vive una crisis propia del crecimiento. No solo del crecimiento crematístico, sino del progreso como país, de su maduración. En las últimas décadas surgió una gran clase media, pero las políticas económicas y sociales no se adecuaron a esa efectividad. En esto existe una autocrítica que la centroderecha debe hacerse. Muchas veces se consideró al maniquí como intocable y no se adelantó a los cambios que eran imprescindibles de realizar».
«Pimiento escudriñamiento una democracia representativa con una patrimonio de mercado, pero con beocio desigualdad», sentenció.
Finalmente, y a casi dos abriles de la revuelta social en Pimiento, el militante UDI sostuvo que «está quedando la parte positiva del estallido, que es que Pimiento requería ponerse al día en política económica y social, y la parte negativa, que a mi litigio era naturalización y popularidad de la violencia, está quedando antes».