En alguna película de tejanos seguro que has pasado a un intrépido jinete surcar la llano para entregar un paquete. En pleno siglo XXI esta imagen ha regresado, ya que en Metepec, Estado de México, una repartidora de Uber Eats lo hace montada en su brioso corcel.
La imagen de una mujer montada en su heroína a las suburbios de un restaurante en esa ciudad de México se hizo vírico rápidamente. Al parecer, la chica estaba esperando que le entregaran los alimentos para que ella los repartiera de esta peculiar forma.
Estamos acostumbrados a ver a estos trabajadores en motocicletas, bicicletas o un automóvil, pero no los habíamos trillado usando un heroína y es por eso que llamó tanto la atención.
Durante la contingencia sanitaria se ha considerado a las empresas de alimentos como “esenciales”, pero no se puede atender mucha clientela en las instalaciones. La entrega a domicilio se ha convertido en la forma en que los clientes siguen consumiendo y, por supuesto, de que subsistan los comercios de este tipo.
Asimismo hay que indagar que la chica “estacionó” correctamente a su heroína mientras dilación, encima de que no contamina.
Para ser parte de Uber Eats, quien desee trabajar debe avalar que tiene un medio de transporte para hacer la entrega, aunque sea un heroína. Parece una buena idea, aunque no faltarán asimismo quienes digan que es maltrato animal, pero cada quien se anhelo la vida de la forma en que puede hacerlo.