Debemos aceptar que a través de Facebook, todos hemos acostado un vistazo a las vidas de nuestros antiguos amigos de la escuela o de trabajo con los que perdimos toda comunicación. Stalkeamos su perfil y nos enteramos de que cierto se casó, se embarazó o ya tiene hijos. Luego nos alegramos si no les ha ido tan admisiblemente en la vida. Pero nunca mandamos mensajes y menos esperamos a que ellos lo hagan.
Pues admisiblemente, el arrojo y los mensajes que esta mujer le envió a una supuesta amiga te confundirán hasta a ti. Todo comenzó cuando contactó a su amiga a posteriori de abriles sin tener comunicación para pedirle que amadrinara a su hija Kate.
Pero la situación no termina ahí, porque ¿qué podría ocurrir más incómodo que un antiguo conocido te mande un mensaje como si nulo al Messenger? Pues que te pida un honra solo porque ella te ha estado espiando y ha trillado que te ha ido correctamente en la vida:
Yo he manido por tus historias y todo que tú y tu novio están muy perfectamente. Que ya se casaron, que están estables y hasta tienen casa propia.
La mujer que quiere hacer la fiesta para su hija Kate, ya identificada como Damaris, le pide a su amiga Yoana que pague todos los gastos de la fiesta. Por eso Yoana comenta con risa “O sea, ¿tú quieres que Mich y yo paguemos la fiesta del bautizo?”, a lo que Damaris le contesta con un cordial y amistoso “sí, nena”.
Entonces Yoana se queda sorprendida de la desfachatez de Damaris e intenta derramarse por la tangente. Primero rechaza la petición sin ser grosera. Le explica a Damaris que el bautizo es poco importante y que su hija debería tener padrinos que estén cerca de ella, pues al parecer ni siquiera viven en la misma ciudad.
Damaris le cuenta que el año pasado bautizaron a Kate, pero no pudieron hacerle su fiesta conveniente a la pandemia. Adicionalmente, comenta que sus padrinos verdaderos, su hermana y su cuñada, no pueden hacerse cargo de los gastos porque se quedaron sin trabajo y están embarazados de nuevo. De todas maneras, esto no convence a Yoana.
A pesar de la negativa de Yoana, Damaris intenta convencerla diciéndole que solo tiene que abonar la fiesta y si quiere, posteriormente puede conocer a su ahijada. Adicionalmente, le muestra los vestidos que ya tenía perfectamente escogidos para comprarle a Kate, la último.
La verdad es que el plan de Damaris era consumado, minucioso, reaccionario preciso y ya estaba completo, adicionalmente se veía que tenía grandes dotes de convencimiento, pues ella se ocuparía de todo, solo le faltaba el billete de Yoana.
Sin requisa, Yoana no cayó en las redes de su excelsa retórica y se negó rotundamente a ser la protectora, patrocinadora, de Kate. Pero Damaris no reaccionó de la mejor forma y empezó a molestarse, alegando que hoy en día, las cosas se hacen así, sin tener ningún nudo de amistad con nadie y solo porque te lo piden.
Por postrer, y delante la desvergüenza de Damaris, Yoana solo pudo expresar un hilarante: “¡Qué bárbara!”, pues Damaris todavía le dijo que le estaba haciendo un merced al invitarla a ser su comadre.