Más que competir y superarse a sí mismo, para muchos el deporte se ha convertido en derrotar a los demás y aventajar auge, pero Diego Méntrida, un triatleta castellano, nos ha hexaedro una muestra de lo que positivamente significa la actividad deportiva y nos devuelve la fe en que podemos ser los mejores aunque no nos colguemos una medalla, pues lo importante es convertirse en un buen ser humano.
Con solo 21 abriles de años, este atleta que participaba en el Triatlón de Santander dio muestra del seguro espíritu competitivo cuando su rival James Teagle, quien iba en tercer oficio, se equivocó y en un tramo de la carrera se siguió derecho en ocupación de cambiar alrededor de la meta. Como Diego iba detrás de él se dio cuenta de su error y el competidor inglés perdió su posición.
Diego pensó que no era ajustado que ese error le quitara la posibilidad a James de vivir el tercer oportunidad en el podio, así que lo esperó y lo dejó acontecer primero, ya que estaba a escasos metros de la meta. Lo esperó, le dio la mano y lo dejó seguir, aunque eso significó que él no obtendría una medalla. Una valentía difícil, tomando en cuenta que como novicio atleta debe ser muy importante ir cosechando triunfos, pero pudo más el sentirse aceptablemente consigo mismo que la medalla de bronce.
El triatleta madrileño Diego Méntrida dejó acaecer a su rival cuando éste se equivocó de camino antaño de la meta. Peleaban por el tercer puesto en el Triatlón de Santander, que ganó Gómez Noya https://t.co/ZCgxlZQIeL pic.twitter.com/b83zwDTAVX
— EL MUNDO Deportes (@ElMundoDeportes) September 17, 2020
Al ver cómo él se equivocaba, inconscientemente me paré. Él se lo merecía. No debió de ver el desvío a la meta. O no se lo señalizaron correctamente. No lo sé, el caso es que se lo merecía.
—Diego
Claro que no faltará quien diga que en existencia el error fue de Diego, pues debió emplear el descuido de su rival y quedarse con la medalla, pero si él pensó que era lo correcto y actuó en consecuencia, entonces no está inexacto, adicionalmente de que se convirtió en la figura del evento, incluso más que si hubiera reses el primer oportunidad, que por cierto se llevó Javier Gómez Noya.
Al final las ovaciones y todas las parte se volcaron sobre el mozo atleta, y es que ya no es tan popular ver este tipo de actos que nos demuestran que incluso cuando pierdes puedes ingresar. Ahora será recordado como un gran competidor y un buen ser humano; y como es mozo, seguro ya le llegará el tiempo para subir al podio y colgarse incluso la medalla del primer sitio.